lunes, 15 de junio de 2009

Echando una mano por la cara


Nadie habla de ellos, pero son como las meigas: haberlos, haylos. Y sin ellos, tal vez muchos festivales no podrían celebrarse. Son los voluntarios, gente que arrima el hombro sin cobrar, por el gusto de ayudar, estar cerca de los artistas o hacer nuevos

Sus edades suelen estar comprendidas entre los 18 y los 35 años, aunque puede haber excepciones. Muchos son estudiantes o vecinos de las localidades donde se celebra el festival del cual se convierten en voluntarios. Y en todos los casos se trata de personas responsables que saben que su labor, aunque no remunerada, es clave para que todo fluya con normalidad durante antes, durante y después de las actuaciones.

Entre los festivales que se celebran en verano en Aragón los hay que tienen un equipo totalmente profesionalizado, como Pirineos Sur, pero también otros que emplean una cierta cantidad de gente voluntaria, como el Luna Lunera de Sos, el Nocte de Graus o el Festival Folclórico de los Pirineos (en Jaca). Una de las principales razones es "cuestión de pura economía", explica Jorge Mur, técnico de Cultura de Graus y uno de los responsables del Nocte. Julio Conde, director del Luna Lunera, detalla que "ello permite tener unos gastos generales muy bajos en relación a la calidad del festival y destinar un porcentaje altísimo a la contratación de artistas".

Pero no es ese el único motivo de contar con voluntarios: también sirve para "socializar más el festival, acercándolo a la población y ofreciendo la posibilidad a la gente joven del entorno a participar e involucrarse en un evento artístico", explica Mur. Conde agrega que eso permite "a jóvenes de Sos que estudian fuera o cuyos padres viven fuera pero tienen casa aquí vincularse en mayor medida con su territorio, participando en acciones de desarrollo y dinamización".

Tanto el Nocte como Luna Lunera tuvieron en años anteriores una parte de voluntariado internacional, a través de campos de trabajo coorganizados con el Instituto Aragonés de la Juventud y el Servicio Civil Internacional. Ahora, la popularización de Internet permite cambiar el estilo de las convocatorias. "Este año es el primero que hemos hecho una convocatoria abierta, esencialmente electrónica, a través de nuestras listas de correo y del portal Facebook del festival", dice Mur.

Además, con el tiempo se ha optado por acotar las plazas, en parte para aprovechar el saber hacer que voluntarios de años anteriores han acumulado. "Cada año se reponen bajas pero se mantiene el equipo y el 'know how' adquirido año a año", comenta Conde, quien señala que "muchos candidatos consideran que voluntario equivale a ver conciertos gratis y no es así, la menos no siempre".

Ello es porque las labores que asumen los voluntarios pueden ser muy diversas: recepción y asistencia a los artistas, atención al público (como informadores, acomodadores o camareros en las barras), limpieza y acondicionamiento tanto de los recintos escénicos como de la población y su entorno... y otras más curiosas. En el Nocte, "los dos primeros años se les dio un taller de clown e hicieron una especie de 'difusión teatralizada' del festival por las calles del pueblo. Ahora y ano les sometemos a ese calvario", bromea Jorge Mur.

"Los artistas y sus equipos quedan impresionados porque están acostumbrados a trabajar con equipos profesionales y, cuando llegan aquí y ven a nuestra gente, se asombran", cuenta con orgullo Julio Conde. Pone como ejemplo "situaciones delicadas" como una tormenta inoportuna tras la cual "se recuperó todo en diez minutos" o "la atención a los artistas, muy discreta y personalizada".

Autor: R.C.L.
Fuente: www.heraldo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario